martes, 25 de marzo de 2014

El dinero no suple el valor del arte
Ernesto Ríos Rocha
El dinero no rellena el espacio que ocupa el valor artístico de una obra. Aunque por siempre se ha comerciado intercambiándolo por dinero, que supuestamente compra una emoción o sentimiento.
¿Se compra una emoción? Se compra el material, más no la emoción que el artista descarga en el material. Se compra el valor de la fama, del currículum, y lo que el pintor quiera vender. Lo único que puede suplir el valor de una obra de arte, es otra obra. Tal vez un intercambio de obra seria el resultado del asunto. Sin embargo para el artista hace falta no solo alimentar el sistema nervioso y el espíritu; si no también el estómago y la familia, donde la única solución es vender la obra.
Para que el artista no se muera de hambre debe realizar el aspecto de la venta de la obra. Hay que saber primero a qué sociedad le vamos a pintar, de cual clase social, de cual raza, de cual edad, de cual educación. Hay que ver también si la sociedad es la que nos va a imponer su gusto, o si nuestra manera o estilo tiene la fuerza necesaria para gustar.
Orozco dice: “Algunos habrían de averiguar el las colectividades tienen realmente un gusto ya formado. Desde luego, si lo tienen, a la mayoría le gusta mucho el azúcar, la miel y el caramelo. El arte diabético. A mayor cantidad de azúcar, mayor éxito… comercial”.
Una cosa es hacer arte, otra el arte de hacer dinero.
En el estado de Sinaloa aun reina la mediocridad.
El buen arte no se vende, ni siquiera se distingue. El buen gusto le da en el clavo a la mayoría y a la venta, por eso es que lo complejo no es un medio social, sino individual y exigente de cultura.

Tenemos bastante artista (no me refiero al Lobito de Sinaloa) que ya reconocido ante la sociedad, vive aún en la miseria; por esto, algunos se lanza de profes o al departamento cultural de alguna institución.
Es muy difícil saber equilibrar las dos riquezas: arte y dinero.
Vaya usted a saber con qué idea pinta el artista, si con la malicia del dinero o la fama, o solo busca expresarse.
Desde luego la relación arte y dinero seguirá existiendo, ya que el ultimo no podría excluirse porque ayuda a subir escalones de todo tipo, ya sea sociales como personales dentro del área cultural.
Nuestra época ya le agrego tres palabras más al arte además las hizo estéticas: “El arte de hacer dinero”. Aun el concepto de artista ya es el revés. “El cantante se convierte en artista cuando más triunfa o vende. Y cuando fracasa, deja de serlo. ¿Por qué?
Porque no es el buen arte el que mueve mayorías, si no el malo; porque el mundo no tiene preparación para entender el artista.
Podemos pues clasificar el tipo de obra pictórica.
La obra enfocada al gusto de las mayorías y exclusivamente a las ventas. Y la obra que tiene un poco de las otras dos. No precisamente la película más taquillera es la peor, o la mejor; y como dije, la última de las tres no es muy buena ni muy mediocre, y cada una de ellas aporta un grano de arena y cumple su función de arte y comercio, aunque sea creadores sigan debatiéndose respecto a cuál es el mejor.

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